Usar el humor como herramienta pedagógica

Es muy común observar aulas de educación infantil y primaria en donde se hacen presentes las risas y el humor, un ambiente relajado y un vínculo de confianza entre el alumnado y los docentes. Como consecuencia, se evidencia un aprendizaje significativo a la vez que divertido

Parece ser que cuando llegamos a la etapa de secundaria, las risas y el buen humor de las etapas anteriores dan paso a la seriedad y a la rigidez del aprendizaje. Pero, ¡cuidado!, porque la seriedad y el aburrimiento NO SIEMPRE garantiza un buen aprendizaje

Ventajas de usar el humor en el aula:

  • Favorece un buen clima en el aula: introduciendo el humor en el aula conseguimos un ambiente más relajado y de confianza. Además, ayuda a disminuir el estrés del alumnado y a ver la realidad de forma menos dramática.
  • Mejora la relación alumno-profesor: relacionado con el punto anterior, podemos observar cómo el alumnado es más participativo, tiene menos “miedo” a equivocarse y ve al profesor como una persona más cercana. ¡La cual cosa no quiere decir que, utilizando este recurso, los alumnos y alumnas te pierdan el respeto!
  • Facilita el aprendizaje: el humor vinculado con el aprendizaje mejora la retentiva de nuestros estudiantes recordando conceptos o ideas durante mucho tiempo. ¿Quién no recuerda alguna anécdota divertida que nos haya contado un profesor o profesora y que nos haya enseñado alguna lección?
  • Facilita la expresión emocional: “Sin emoción no existe el aprendizaje”. El humor y la risa son fuentes de emoción e introducir este recurso en el aula permite que el aprendizaje sea realmente emocionante y por consiguiente, significativo.
  • Estimula la atención y el interés del alumnado: cuando estás dando una clase magistral e incluyes un comentario divertido, una anécdota o un chiste, rompes con la dinámica de clase y das un respiro a tu alumnado. Además, tienes la oportunidad de volver a captar la atención de aquellos que se habían desconectado.
  • Mejora la gestión de los conflictos: el humor es una estrategia magnífica para relativizar los problemas, las inseguridades…¡También nos ayuda a asumir riesgos y a aceptar errores!
  • Aumenta la autoestima y estimula la creatividad y el ingenio del alumnado: los alumnos también pueden desarrollar respuestas divertidas con su espontaneidad y su imaginación.
  • Potencia el pensamiento lateral: dar doble sentido a una misma frase o dar respuesta a situaciones imprevisibles favorece la comprensión de otras formas de pensar.

Aspectos que tener en cuenta:

La línea que separa el humor de la falta de respeto es muy delgada y sumamente delicada.
Así que es necesario tener mucha precaución al momento de emplear el uso del humor…

  • Pon límites: haz que tus alumnos y alumnas no confundan que el buen clima del aula es como estar en el patio o con sus compañeros. Deben saber que están en clase y deben respetar ciertas normas y también tiene que quedar claro que puedes tener muy buen feeling con ellos pero que eres el docente y no un amigo.
  • No permitas que te ridiculicen a ti o a ningún compañero de clase. Tenemos que reírnos todos pero sin reírnos de nadie.
  • No abusar: el humor es una herramienta pedagógica muy válida pero pierde todas sus cualidades si se utiliza en exceso. El abuso de este recurso puede resultar pesado para los estudiantes y puede contribuir a que tú, como docente, pierdas el objetivo que te habías marcado: que tus alumnos aprendan.

5 formas para incluir el humor en el aula:

  • Añade recursos humorísticos a tus explicaciones: Si no se te da bien improvisar en el aula con algunos comentarios divertidos, ¡no pasa nada! Prepárate tus clases y añade alguna anécdota personal, viñetas, vídeos, memes, gif, chistes que permitan a los alumnos y alumnas reírse un poco para después volver a concentrarse y a seguir aprendiendo con más ganas.
  • Ríete de tus propios errores o inseguridades: Si te ríes tú primero de algo que sabes que puede ser objeto de mofa, le estás quitando importancia al asunto y los alumnos y alumnas también lo harán. ¡Compruébalo!
  • Realiza actividades divertidas: La diversión no es incompatible con el aprendizaje. Así que te invitamos a que programes actividades en las que el humor pueda estar presente. ¡Pon tu creatividad en marcha e inventa tus propias dinámicas!
  • Evalúa a tus alumnos con un poco de humor: ¿Cómo reaccionarías si en medio de un examen te ponen una pregunta que no tiene nada que ver con el contenido y encima te sacan una sonrisa? ¡Seguro que los nervios disminuyen en gran medida!
  • Diseña un rincón del humor: donde los alumnos y alumnas puedan aportar sus propios recursos, imágenes, citas…

¿Vas a darle un toque de humor a tus clases?

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